A raíz de la caducidad de la licencia de Fibertel, las cooperativas de servicios públicos que ofrecen Internet podrán absorber a gran parte de los clientes de esa empresa y brindar conexión de alta velocidad a un costo competitivo.
La semana pasada, en Tres Arroyos, la Cooperativa Eléctrica puso en marcha su propio canal de televisión de aire Celta TV, el primero desde la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Junto a ésta, diversas medidas del Gobierno vienen a reparar la exclusión sistemática que la dictadura y la política neoliberal impuso a las entidades de la economía solidaria, para impedir la participación directa de los propios “usuarios y consumidores” en la generación, producción y distribución de valor agregado, en la generación de riqueza y contenidos, de toda la gama de servicios públicos de comunicación, agua y energía.
Esta exclusión que configura una violación de derechos elementales de los ciudadanos como es el de “asociarse con fines útiles”, supone la última etapa de la degradación que impuso el Consenso de Washington a nuestro país: la conversión de los ciudadanos en consumidores, incluyendo la prohibición de ser ellos mismos los “productores” de lo que consumen.
Esta ruptura de la solidaridad social y productiva, se completó con el establecimiento de precios diferenciales en los servicios públicos, en perjuicio directo del interior y de las zonas menos pobladas, bajo la tiranía del “beneficio comercial”, violando incluso normativa dispuesta en el mismo proceso de las privatizaciones.
La gestión de los servicios públicos esenciales para la comunidad, entendidos como una actividad exclusivamente comercial, fue lo que permitió el crecimiento de los monopolios, la transnacionalización y la profundización de un modelo concentrador que condenaba al interior y a los cinturones de pobreza urbana por “inviables”.
Sobreviviendo al “modelo de Martínez de Hoz”, las cooperativas de todo el país creadas por los propios consumidores abandonados por inviables, resistieron y ampliaron sus servicios acompañando el desarrollo de la tecnología. Es así como además de comunicación audiovisual clásica, hoy prestan servicios de Internet más de 400 cooperativas y mutuales, aún con condiciones de acceso al servicio mayorista monopolizado, diez o veinte veces más caro que en la Capital Federal.
La decisión del Ministerio de Planificación de declarar la caducidad de la licencia de Fibertel, una de las empresas a través de las cuales el Grupo Clarín afianzó la concentración de los medios y las comunicaciones de los argentinos es un salto adelante en la ampliación de los derechos de los usuarios y consumidores argentinos, para ser tratados como “ciudadanos” y por tanto disponer de acceso a los servicios públicos esenciales de nuestro tiempo en igualdad de condiciones, cualquiera que sea el punto del territorio de la patria en que vivan. Hoy las cooperativas, propiedad de sus propios usuarios, están en condiciones de brindar ese servicio, con más eficacia y más barato que lo que hasta ahora brindaba el monopolio.
Pero todavía falta ampliar y consolidar la democratización de la economía para ponerla al servicio de los ciudadanos. Por eso es necesario avanzar en todos los terrenos asumiendo decididamente el carácter de Servicio Público de toda la gama de servicios hoy esenciales al desarrollo humano, ampliando la participación de los usuarios en la gestión y control de los mismos: telefonía móvil, triple play, Internet universal, comunicación audiovisual, energía limpia y sustentable, gestión del agua y del medio ambiente, son cuestiones económicas en la que la ciudadanía debe intervenir directamente en una gran alianza estratégica entre la economía solidaria (cooperativas y mutuales) y el Estado, para asegurar su propio bienestar y desarrollo.
La elección del modelo a seguir es la clave: o seguimos atados al mercado depredador y concentrado, o entramos decididamente en un modelo productivo y eficiente de organización económica solidaria, que permita desplegar el conocimiento, la ciencia, la técnica, y la colaboración mutua, con equidad para todos los argentinos. Este es el aporte de la economía solidaria, que demostró incansablemente sus niveles de eficiencia para aumentar la productividad, el empleo, y generar nuevas fronteras de desarrollo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario