Ante la necesidad de cubrir el bache que dejó la empresa Fibertel, las cooperativas se alistan para proveer Internet en más ciudades. En la actualidad les brindan el servicio a 400.000 personas en ciudades que van desde Río Grande hasta La Quiaca. Una de las más importantes tiene como cliente a General Motors.
Crecieron a pasos cortos y sostenidos en los últimos cincuenta años. Y dicen estar listas para pegar el salto. Las cooperativas telefónicas observan que se abre una oportunidad de mostrar y extender los servicios de Internet que prestan a cerca de 400.000 personas en todo el país. La caducidad de la licencia de Fibertel dispuesta por el Gobierno hizo picar en punta el debate sobre la prestación del servicio y la capacidad de sumar nuevos abonados. Los noventa días de plazo para la migración de usuarios es el plazo que acelera los pasos de las cooperativas dispuestas a captar “clientes” aunque no sean “socios”.
En la Argentina funcionan cerca de 350 cooperativas telefónicas de diferente magnitud, desde Río Grande hasta La Quiaca, con cerca de 800.000 abonados, de los cuales entre el 40 y el 45% reciben además la prestación de Internet. En muchos casos proveen la conexión a través de su propia red telefónica, en otros “alquilan” la red de las empresas de telefonía –Telefónica y Telecom– para hacer llegar el servicio a sus asociados y usuarios. “Las cooperativas están capacitadas para dar el servicio de banda ancha a todos los usuarios que lo requieran”, afirmó a Buenos Aires Económico Osvaldo Petrilli, gerente general de la Federación de Cooperativas Telefónicas (Fecotel), que nuclea a unas 280 entidades. Fecosur concentra otras 70.
Las cooperativas que prestan el servicio de telefonía básica más Internet están incluidas en el listado que publica la página de la Comisión Nacional de Comunicaciones www.cnc.gov.ar como parte del servicio de información para la migración de clientes de Fibertel que deben cambiar de prestador a partir de la resolución 100 que estableció la caducidad de la licencia y el plazo de noventa días para el cese de las operaciones. Desde las pequeñas en pueblos de pocos habitantes hasta las de mayor magnitud, como la Cooperativa Del Viso o la asentada en Villa Gobernador Gálvez que le presta el servicio de comunicación a la automotriz General Motors, todas las compañías apuestan a fortalecer su posición y captar alrededor de un 20 o 30% de nuevos clientes.
“Las cooperativas nacieron donde ni siquiera ENTel quería prestar el servicio de telefonía”, recuerda Petrilli, y hace un salto al presente: “En los mejores centros turísticos, como Pinamar en la costa y El Calafate, en los countries y en los centros industriales; y podemos seguir captando clientes. Somos empresas en competencia, ciento por ciento argentinas”, dice.
Claro que también importa para muchas de ellas un cambio de concepto. En los casos de las prestadoras más chicas, los usuarios son socios. Ahora van a sumar más “clientes” que no estén asociados, una categoría que para muchas de las cooperativas será una novedad.
Las cooperativas también tienen pedidos: la última semana le transmitieron al ministro de Planificación, Julio De Vido, la “federalización” de la banda ancha y el costo de acceso en el interior. Y con las autoridades del Banco Nación comenzaron a destrabar líneas de crédito para la actualización tecnológica que permita la ampliación de las redes actuales.
La primera cooperativa telefónica se creó en la ciudad santafesina de San Genaro. Un decreto de abril de 1960 habilitó a la entonces ENTel a autorizar la conexión de redes privadas al sistema nacional. En septiembre se constituyó la Cooperativa Telefónica San Genaro que ocho meses más tarde estaba comenzando a funcionar con una central de 120 líneas.
“Las cooperativas prestan una muy diversa gama de servicios: electricidad, gas, telefonía, agua, créditos y banco, vivienda, trabajo, radiodifusión, consumo, salud, farmacia, logística, seguros. Nacieron como consecuencia de necesidades insatisfechas, donde el Estado no se hacía cargo o las empresas que se les adjudicó en las privatizaciones el área tampoco la atendía. Los asociados [clientes] se autoasisten a través de la figura cooperativa”, explicó a Buenos Aires Económico Juan Carlos Fissore, quien fue durante más de una década presidente de la Confederación de Cooperativas (Cooperar) y es actual secretario de Relaciones Internacionales de la entidad.
Fissore señala que las cerca de 2.000 cooperativas en total, y en particular, las más de 350 de servicio telefónico, tienen prestaciones “de alta calidad, con atención personalizada al asociado cliente”. Y plantea que el Estado debe ser “fuerte y un buen regulador para que todos puedan”.
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